Mis dos discos del verano 2015 tienen más de 50 años



Maduren de una vez, dejen de engullir música de pachangueo y conturben a los merenderos aledaños con mis discos estivales: ambos son quincuagenarios, pero conservan la efervescencia y frescura precisos para combatir las altas temperaturas.

Para Você Ouvir e Dançar (Angela Maria, 1958)

Uno de los incontables hallazgos que conservo del mítico blog Loronix, difusor de música carioca misteriosamente cerrado hace ya algunos años. Angela Maria es una estrella idolatrada en su país pero, por desgracia, prácticamente desconocida para el resto de los mortales. Si hay algo que define este álbum es su increíble atmósfera, una autenticidad quizás no tan evidente en los tiempos menos lucidos del disco (para ouvir) que pudieran recordar, por aquello del acento, al fado más saturnino; pero cuando el combo se arranca por samba (para dançar) el sonido de Angela Maria es 90% agua. Y eso, en plena canícula, se agradece.


Billy in the lion's den (Bill Jennings and the Leo Parker Quintet, 1957)

Combinado R&B de alta concentración (Leo soplaba ya el saxo como si fuese un alcoholímetro, y no es broma, sus adicciones lo llevarían a la tumba cinco años más tarde) con reminiscencias al swing de violín de los años 40. El timbre eléctrico de Jennings a la guitarra es delicioso, y las réplicas de Parker, tan breves como divertidas. Un disco sin complicaciones. O, por insistir en la tontería esta de música para el verano, un café solo, pero con mucho hielo.

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