Miss Bala, larga vida al narcodrama


Diciembre de 2008: la ganadora del certamen Nuestra Belleza Sinaloa, Laura Elena Zúñiga Huizar, de 23 años, fue detenida junto a siete hombres a quienes les fueron confiscados un arsenal y miles de dólares en efectivo en Guadalajara, en el oeste de México, informó la policía.
La industria cinematográfica de su país no pudo resistirse a semejante titular, que ahora revienta en la cara del espectador con metralla visual de calibre gordo, gordo. Película electrizante y con músculo,aunque narrada con un trazo más grueso del que pretende, Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011) dista de ser una película perfecta... pero al diablo con la perfección, ¡al diablo con todo!
Por flaco que sea el favor que hacen a la imagen del país, las lecturas que nos van llegando sobre el estado crónico de violencia, corrupción y miseria engendrados por el narcotráfico con epicentro en Tijuana conforman ya  un género propio. Y ésta que nos ocupa, al ser, en el fondo, un tour de force visual, cuanto más arriesga, mejor funciona. La pobre Stephanie Sigman, que se pasa dos horas en medio de un fuego cruzado, sabe de lo que hablo. En este sentido recuerda (para bien) a Hijos de los hombres -de su compatriota Alfonso Cuarón -: orquestando planos secuencia de acción brutal en cualquier lugar y momento. Lástima que al final apueste de más y, desenmascarado el docudrama, se revele puro espectáculo inverosímil, que sólo progresa en la acción, pero cuyos personajes sufren -y nosotros con ellos-demasiadas omisiones y subrayados. En cualquier caso, aceptado como lo que es, su visionado merece mucho, pero mucho, la pena. No la dejéis escapar.

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