Mejor que el 3D: aquéllas estampitas milagreras



"Fije usted la vista en los tres puntitos blancos del retrato de Santa Teresita; cuente despacio hasta 70, mire después a la pared y verá en ella la imagen, si ha contado despacio hasta 10"
...
Desde aquí mi emocionado recuerdo para ellas. Fijabas la vista durante treinta segundos con absurda devoción para luego cerrar los ojos y dejar que obrase el milagro: sobre el negro de tu hipocampo emergía una marca de agua de la Virgen o de Cristo, según modelo, epifanía que debías reforzar con rápidas oraciones hasta que la oscuridad volvía a ser absoluta.
El menudeo de estampitas milagreras formó parte de nuestro paisaje celtibérico hasta bien entrados los años 80. No faltaba quien atribuía misteriosidad a la experiencia (y efectos extáticos) por el mero hecho de mirar mucho rato un santo. Desfase idólatra, pero sobre todo PURO KITSCH.
Pinchad debajo para ver otro bonito cromo.



 

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