Bestiario de Ferrer Lerín. Muerde.


Tras las tapas escarlata acecha un bestiario de trece pistas, más ameno que el de Borges, fronterizo entre la erudición y la superchería, y que regocijará a todo aficionado al friquismo viejuno.
Recopila el poeta Ferrer Lerín; o mejor debiéramos decir que ejerce de medium en éste animalario hilarante en el que sólo echo en falta más estampas de sus criaturas. 
Si queréis sorprenderos, fertilizar vuestras mentes o simplemente cambiar de mascota, no dejéis de acercaros al Bestiario de Ferrer Lerín. Pero cuidado, amigos, ¡muerde!

LOBOS (...) dícese que cuando sólo devoran los hombros de sus víctimas humanas, y las dejan vivas, conceden a éstas el poder de romper con la mirada el cuello de los que se asoman a las ventanas

CIGARRA Es un animalexo insecto, que se cría en los montes y parece en el tiempo del estío. Carece de boca, en lugar de la qual tiene cierta lengüeta encima del pecho, cónvacava o acanelada, con que recoge el rocío, de que se sustenta. Con ésta y la telilla afistolada del vientre forma un ruydo sonoro, moviendo las alas, que entretiene a los caminantes. Dize el padre Pineda, que un señor catalán de la ciudad de Vico, Juan Peygudo, llegó a conocer el habla de las cigarras, y éstas mandaron que lanzara sus propios intestinos al ayre; que murió assí.

LAGARTO (...) goloso del vulvar, se tira a él cuando la mujer está acuclillada, desprevenida por el acto de mayores o menores, aunque no esté en despoblado, y es preferente de las jóvenes morenas velludas almizcleñas y aún más si están reglando

APARITIENSES Pueblos del septentrión que adoraban al sanguinario oso blanco ya descrito por el espía y hechicero Arnús. Eran transparentes como el cristal y tenían los pies estrechos y cortantes para resbalarse por el hielo. La barba les crecía en la nariz, carecían de lengua, pero estaban dotados de dos sólidas hileras de dientes que sacudían musicalmente para expresarse. Sólo salían de noche y se propagaban por medio del sudor que se helaba formando embriones

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