El hombre que compró un automóvil (Wenceslao Fernández Flórez)


Wenceslao Fernández Flórez, el mismo que nos obsequió con aquel librito extraordinario titulado El bosque animado, pertenece a una quinta de escritores no menos extraordinarios –con Jardiel Poncela al frente– que insuflaron destreza periodística, ritmo de cinematógrafo y mucho eslogan a esa cosa llamada humorismo.  Lo que me enloquece de todos ellos es el castellano chispeante que manejan, tan curiosito y demodé. Eso, de entrada.
El hombre que compró un automóvil se publicó en el año 1944 y me he reído leyéndolo en la playa mucho. Pero mucho. Se ensaña atropellando con la misma alegría atroz que pondría Boris Vian en semejante empeño, y critica la sempiterna estafa de la vida moderna: pisitos inhabitables e impagables, trabajos mediocres, conocidos idiotas, vanidades tercermundistas... cualquier cosa, en definitiva, con tal de disimular la ausencia absoluta de poesía. Añade Wenceslao un Colofón fantástico que, honestamente, no le muestra muy dotado para otros géneros. Y dicho todo esto, de verdad, amigos, sería una pena que dejaseis pasar la oportunidad de leer El hombre que compró un automóvil.

Comentarios