Kago está empeñado en gangrenar el cómic desde dentro
Ahora bien, lo que puede parecer una burda exhibición de inmundicias y de cómo mear más lejos que nadie, esconde en sus 14 relatos algunos experimentos narrativos poco frecuentes en el noveno arte. En lugar de otro provocador de pacotilla, a poco que esquivas tanta escatología, te topas con un autor ambicioso e incisivo empeñado en gangrenar el cómic desde dentro. Tanto es así que transforma las viñetas en escenarios giratorios, introduce narraciones virales o juegos de espejos dentro de una misma hoja, y te obliga a leerlo con guantes plomados. Irresistiblemente desaconsejable.
Comentarios
Publicar un comentario