Tae-ju (Thirst, Chan-wook Park, 2009)



Ok-bin Kim es una  yonki sanguinaria, imprevisible y lasciva. Vamos, que me pone

 

Ok, Thirst no es la mejor película de Park Chan-wook, dejémoslo en que está dentro de la media y que los seguidores de este señor supuestamente indomesticable nos preguntamos qué necesidad tenía de abrir un franquiciado hollywoodense rodando Stoker. Lo digo porque Stoker no me ha gustado ni la mitad que Thirst -ni Thirst la mitad que Oldboy, claro-. Pero yo he venido a hablar de Ok-bin Kim.
Si Kristen Stewart la hubiese visto antes de rodar el momento más bochornoso de la saga Crepúsculo (y hay cientos, ¿miles? en la saga) nunca se hubiese embutido en ese vestido azul.  Aquí y aquí podéis comparar sus iniciaciones vampíricas, que ya sois mayorcitos.
El personaje de la coreana Ok-bin Kim es una yonki sanguinaria, imprevisible y lasciva: la criatura Tae-Ju. Cuanto más fuera de control, más lozana. A mayor sadismo, mejor vestida. Confirma el buen ojo que tiene Park con sus mantis (la Wasikowsky es lo bueno de Stoker, con mucho) y lame, mordisquea y succiona la película hasta dejarla seca. Vamos: que me pone.

Comentarios