Vivir y morir en Wisconsin (según Michael Lesy)


Un puñado de vidas anónimas, fosilizadas a finales del XIX en placas del fotógrafo local de Black River Falls, Van Schaick, se convirtieron en involuntario objeto de culto gracias al collage pseudohistórico de Michael Lesy Wisconsin Death Trip. Porque a nadie le hubiese gustado estar ahí.
Su libro, publicado en 1973, provocó gran mal rollo considerable por mostrar féretros abiertos de bebés y otros testimonios macabros de una generación de wisconsinitas oligofrénicos por excesos de hollín y el tabaco de mascar.
Lesy presumía de antropólogo pero no ha descubierto nada. Incluso mis padres recuerdan cómo en su pueblo natal, durante la posguerra española, el desfile de pequeños ataúdes blancos era constante, lo mismo que los abortos de campesinas y otras estampas de barbarie cotidiana que sólo la miseria puede provocar. Lo que este trabajo nos subraya, de forma irrefutable, es que no todo tiempo pasado fue mejor. Al menos, no en Wisconsin.


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