Los bodegones del profesor Bissier


En 1934 Julius Bissier se quedó sin nada. Muere su hijo de seis años, y su primera obra queda reducida a cenizas tras un incendio en la Universidad de Friburgo. El de Bissier fue un genio tardío, fruto de su exilio posterior en Suiza. Allí empezó a diseñar modelos para los tapices de su mujer y acabó sumiéndose en el estudio de la caligrafía oriental. De ahí vendrá la ligereza; de la ligereza el color; del color, al fin, el ritmo. La superficie de su arte quedó completamente serena. Con qué deleite revolotea nuestra mirada entre sus acuarelas y témperas, unas veces concretas -los bodegones del título- otras más abstractas y sutiles.
Una peculiaridad de estas aguadas es que equilibran con naturalidad lo simbólico y lo cotidiano, conectando instantáneamente con el espectador y llegando a resultar insolentemente decorativas. Las tintas de Bissier podrían pasar, en definitiva, por arte popular, casi doméstico: imagínenselas colgadas en el despacho de Don Draper, por ejemplo... Aunque en Mad men sean más de Rothko.




 

  





 


Comentarios

  1. ¿Rescatando a Bissier? No creía que nadie fuera a acordarse ya más de él. Punto para ti ;)

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    1. Bueno Bissier se rescata sólo. Pero yo no me había enterado, mejor tarde que nunca. Un abrazo, Enrique!

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