Alegre su día con las imágenes de Markus Schinwald, artista polivalente y escurridizo donde los haya, que tuvo la ocurrencia de
amordazar solemnísimos retratos decimonónicos e incorporarles toda suerte de
ortopedias y adminículos bondage. Visto uno de sus experimentos, vistos todos; irónicamente desenmascarados, se acabó la broma.
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