Entre la metáfora pura del agua en los féretros de la serie francesa Les revenants (hagamos como si no existiese un absurdo remake), y la hábil sinergia entre los guiones del cómic y la adaptación televisiva de The walking dead, la BBC ha sabido ubicar una distopía allí donde los demás no parecen interesarse: en el día después a la cura -precaria- de los resucitados, en la rehabilitación del zombi.
Los tres episodios de la primera temporada fueron suficientes para que In the flesh abordase una cantidad sorprendente de temas (la psicología del vencedor, la evolución de las fobias en colectividades, la eufemística como herramienta de poder, el germen del terrorismo...) manejando un escenario mínimo que hace bueno el título de "pueblo chico, infierno grande".
En comparación, con más presupuesto y el doble de episodios, la segunda entrega ha resultado algo redundante pero aún con enorme potencial. Y eso es fantástico, ya que por ejemplo Retornados (Manuel Carballo, 2013) le robó la premisa y salió un bodriete de película. Por el contrario, In the flesh ha convertido los ataúdes en cascos retornables al encontrar como serie su propio tono (un thriller sobrenatural con protagonistas jóvenes) y el escenario perfecto (un pequeña comunidad como caldo de cultivo). De momento tiene garantizada una tercera temporada y si os ha picado la curiosidad ya sois mayorcitos para buscaros el torrent y los subtítulos por vuestros propios medios. Mientras, os dejo unos vídeos promocionales con consejos para combatir a los podridos tras el alzamiento.
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