Al son del tambor: Der Basler Todtentanz, de Hieronymus Hess (1841)


No me siento nada orgulloso del post que dediqué hace ya tiempo Holbein y su arquetípica serie de grabados sobre la danza macabra. En realidad no me siento orgulloso de casi nada de lo que hago, pero es que en aquella ocasión incluso cometí la imbecilidad de colorear uno de los esqueletos. Hoy me gustaría redimirme con este otro todtentanz, ya tardío, que firma Hieronymus Hess en 1841 y recoge, a su vez, la herencia holbeiniana en la Ciudad de Basilea.
Su temática es, junto con la de los bestiarios, mi favorita del Medioevo: pura transgresión.  Y fiel a la tradición, volvemos a ver las intrusiones de la muerte para enseñar sus pasos lo mismo al rey que al vasallo, bufonearse del bufón, robar al ladrón y coronar al decapitado.
Claro que, a estas alturas, Hess no podía sino recapitular. Ha quitado los relojes de arena que escondía cada viñeta. Y fíjense que suma a las connotaciones anticlericales del original nuevos personajes y escenarios, aparte de ya, en lo puramente estético, cubrir de piel a la Parca y hacer más obvia la parodia a su desafortunada pareja de baile. Para no dárselo todo mascado, les animo a buscar la obra completa, ya que se incluye un retrato del propio artista en representación de su gremio y siendo arrebatado por la socarrona e implacable hija de puta.

























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